Marcus arqueó una ceja, visiblemente sorprendido.
—No me lo esperaba… pero, ¿te dijo algo? Pareces un poco seria.
Sin esperar respuesta, la tomó de la mano y la hizo sentar a su lado. Rubí se acomodó en el taburete acolchado, dedicándole una sonrisa ligera.
—Nada importante —respondió—. Solo mencionó que en realidad no le agrado, que tarde o temprano me abandonarás… y que debería dejarte desde ahora.
Las palabras la soltó sin rodeos, dejando a Marcus momentáneamente inmóvil. Su expresión se endureció por un instante, para luego suavizarse con una sonrisa.
—No lo crees, ¿verdad?
Rubí negó de inmediato.
—No. Lo ignoré, apenas dijo un par de cosas.
—Bien —asintió Marcus, sirviéndole una taza de té caliente y colocándola entre sus manos—. Es Año Nuevo, no te dejes amargar.
Ella asintió y permanecieron juntos un rato en silencio. Rubí intentó apartar aquellas ideas de su mente, concentrándose en la calma del momento.
Al mediodía, decidió ayudar en la cocina junto con el chef. No era para l