Cedrid estaba asustado al escuchar el disparo y en eso vio como ambos caían al suelo, pero su atención se fue hacia Emma, quien cayó de rodillas al suelo y debajo de ella empezaba a formarse un charco de sangre.
- Emma… - le llamó asustado, al ver que ella estaba temblando, llorando y abrazaba con fuerza su vientre.
- Cedrid… ellos… no… ellos ya no se mueven – declaró mientras buscaba la mirada de su pareja.
- ¡ZACK! – gritó el lobo tomando nuevamente su forma humana para cargar a su pareja y correr al automóvil más cercano, el cual fue una patrulla.
Los policías les dejaron tomar el vehículo ya que eso era una emergencia en lo que ellos investigaban y ayudaban a los demás.
Zack obedeció y tomo el volante, pisando el acelerador apenas se subieron para ir al hospital más cercano, a la vez que les hablaba por teléfono para notificarles de la situacion y que estuvieran listos para recibirlos.
- No los siento… - repetía asustada Emma.
- Tranquila, ellos están bien – decía Cedrid tratando