Ignorando lo que estaba por venir, los días seguían pasando y Cedrid seguía alerta esperando lo inevitable, sin desatender sus deberes.
Era un nuevo día de rutina para el rey alfa y en esos momentos ya se sentía un poco cansado de los pendientes.
- Cedrid – le habló Zack ingresando a la oficina del lobo.
- Adivinare: más papeleo relacionado con las protestas de otros lobos por el hecho de dejar que algunos humanos aspiren a tener riquezas – habló de forma aburrida.
- Am… si… jeje perdón.
- Descuida, ya me estoy acostumbrando a que esos sean los pendientes urgentes – indicó dejando escapar un suspiro y tomando esos documentos – la verdad… ¿en qué les afecta lo que hagan los humanos? si ellos ni se meten en nuestras vidas.
- Bueno recuerda que las acciones de tu padre son recientes y aún está presente ese pensamiento de que la raza humana solo existe para servir a los lobos.
- Lo se…
- Si, por eso padre creo una división de opiniones entre los lobos.
- Y para demostrar que estaba hablan