Una Noche Equivocada Con El Rey Alfa
Una Noche Equivocada Con El Rey Alfa
Por: Mel Polanco
Capítulo 1: Conspiración

Fue una noche muy movida, en una habitación de hotel

donde una pareja sucumbió a los deseos carnales pasando toda la noche teniendo sexo, el cual solo paro cuando ambos cayeron rendidos.

Justo cuando los rayos del sol empezaba a colarse por las ventanas en la habitación, por lo cual poco a poco ese hombre empezó a abrir los ojos sintiéndose desorientado y con un horrible dolor de cabeza.

Al querer moverse notó que había algo sobre su cuerpo por lo que miró hacia un lado encontrándose el rostro de una joven castaña, la cual estaba dormida y abrazada a él.

Ante eso él abrió los ojos de golpe, olvidando su dolor de cabeza para buscar moverse y quitarse de encima a esa mujer, notando que ambos estaban desnudos… lo cual significaba que había pasado la noche con esa mujer, la cual analizarla vio que era una humana.

Se levantó  de la cama furioso y fue a tomar un baño, al salir arreglado del baño notó que ella seguía dormida, pero pensó que era mejor porque no quería saber nada de ella y se salió de la habitación sin mirar atrás.

Mientras caminaba por el pasillo saco su celular para llamar a su asistente exigiéndole que rastreara su móvil para ir a buscarlo.

Su petición solo tardo unos 6 minutos en cumplirse y en la entrada de ese hotel, ahora se estacionaba una limusina negra, de la cual bajaba un joven rubio para mantener la puerta abierta y dejarlo ingresar.

 - Buenos días jefe – le saludó cuando paso a su lado.

- … - el pelinegro ingresó al interior del vehículo para sentarse mientras cruzaba sus brazos y fruncía el ceño.

- … - al ver eso el rubio solo dejó escapar un suspiro e ingreso en el interior para darle la señal al chofer de que pusiera en marcha el auto - jefe…

- Quiero que investigues que paso a noche – le ordenó interrumpiéndolo.

- ¿Paso algo?

- Amanecí con una humana en mi cama.

- ¡Que…! pero si usted no… - dijo asombrado el rubio.

- Por eso te dije que investigues.

- Cre… cree que lo hizo apropósito.

- No – indicó recordando que ella estaba profundamente dormida - no creo que fuera un plan de ella, porque por lo que note a ambos nos drogaron.

- ¿Drogados? pero… mi señor como es que…

- Yo no recuerdo nada e igual al moverla note una marca de aguja en su brazo.

- ¿Quieres que la investigue?

- La humana no me importa lo más seguro es que una víctima más de la sociedad – habló dejando escapar un suspiro – quiero que averigües quien fue el que me drogo, porque deseo agradecerle de forma persona por esa noche – declaró dejando a la vista sus colmillos.

- Si – indicó preocupado el rubio, porque esa era una orden de captura de forma exprés y debía moverse rápidamente.

Por su parte cierta castaña empezaba a despertarse, sintiéndose confundida y desorientada.

Ella empezó a mirar a su alrededor notando que no estaba en su habitación y al tratar de levantarse un horrible dolor en su espalda baja le hizo volver a caer en la cama.

- Ah… que… - en eso ella se percató de su desnudez y al mirar a la derecha vio su propio reflejo en el espejo que había colgado, notando los arañazos y hematomas que estaban en todo su cuerpo.

Ella se sintió pésima consigo misma mientras trataba de hacer memoria para recordar que lo había ocurrido y como acabó de esa forma.

Desgraciadamente no tuvo que recordar mucho ya los recuerdos de la noche pasada llegaron de golpe a su mente: estaba por cenar con su padre, quien actuaba sospechosamente amable y cuando bebió un poco de jugo ella empezó a sentirse débil y mareada, en eso vio a varios alfas ingresar a su casa.

--- Flash Back ---

- Toda suya – dijo el mayor dejando que 2 alfas ingresaran a la casa para sujetarla.

- No… que… papá…

- Tranquila Emma, estas ayudando a papá como siempre.

- Que…

- Se buena con estos alfas y así me ayudaras a pagar mis deudas.

- Que… no… no por favor – suplicó, pero en eso vio que esos sujetos sacaron una jeringa con un extraño liquido en su interior y se lo inyectaron en el brazos provocando que ahora si perdiera la conciencia.

--- Fin del Flash Back ---

Ante el recuerdo empezó a llorar, porque su padre la dio como garantía para pagar sus deudas de apuesta sin remordimiento alguno.

En eso miró a ver la hora notando que eran las 8:30am y al verse sola, solo buscó secar sus lágrimas y reunir fuerzas para levantarse de la cama, recoger sus ropas para vestirse y salirse rápidamente del lugar.

Justo cuando estaba por colocar su mano en la perilla de la puerta, escucho la voz de su padre por el pasillo, el cual estaba hablando con otras personas… por lo que ella se asustó y se alejó de la puerta, en eso miro a ver a todos lados notando que la habitación tenía un balcón.

Sin dudarlo corrió y al asomarse vio que estaba en un quinto o sexto piso, por lo que salir de ese lugar no le serviría, pero en eso giro a ver a su derecha y vio que el cuarto de al lado tenía la puerta corrediza abierta, en eso escucho como la voz de su padre se acercaba más y más, por lo que se armó de valor para cruzar el pequeño pasillo en los aires para llegar a la otra ventana.

Al llegar a esa ventana busco calmar sus temblores, pero al mirar con cuidado el interior de esa habitación notó que estaba vacía así que busco correr a la puerta y en eso escuchó como abrían la puerta de la recamara donde había estado hace un minuto y aprovechó el momento para salir corriendo al elevador agradeciendo que no la descubrieran.

Al salir del elevador bucó aparentar calma y salir del lugar fingiendo ser un huésped más, una vez que se alejó un poco se puso a correr sin mirar atrás.

Regresando unos minutos atrás, el padre de ella estaba saliendo del elevador acompañado por 3 alfas, donde uno de ellos estaba cubriendo su identidad por una capa negra.

- Entonces ¿ahora mi deuda esta saldada? – preguntó un hombre mayor de cabellera castaña.

- Obviamente, porque mis hombres confirmaron que ese estúpido cayó en nuestra trampa y se acostó con tu hija – declaró la persona encapuchada.

Los otros dos alfas, eran acompañantes del encapuchado y sonrieron al escuchar que su jefe estaba feliz y el plan resulto.

 En eso llegaron a la puerta de la habitación y al sacar la tarjeta abrieron la puerta para tomar a la chica, pero al abrir la puerta se encontraron con una cama vacía.

- Pero que… - dijo molesto el encapuchado -  ¡Dónde está!

- Señor no hemos confirmado que saliera – dijo uno de los guardaespaldas.

- PUES BUSQUENLA, ENCUENTREN A ESA HUMANA AHORA MISMO.

- No… no es posible… Emma, hija ¿dónde estás? – preguntó asustado el mayor, pero en eso sintió como el encapuchado lo sujetaba del cuello de tu camisa y lo estrello contra la pared.

- Manuel ¿acaso planeaste traicionarme? – le preguntó haciendo presión en el cuello del humano.

- Ah… n… no… cla… claro que no… yo… yo jamás…

- Gr… - el encapuchado lo arrojo contra el suelo con toda sus fuerzas importándole poco si lo lastimaba – más te vale que tu hija aparezca en una hora o me voy a cobrar con tu miserable vida todo el dinero que te preste.

- Que… no… no puede, usted… ¡HICIMOS UN TRATO! – le gritó desesperado y angustiado porque se supone él se libraría de todo al vender a su hija, pero enseguida recibió un puñetazo en la cara.

- A MI NO ME GRITES – le reclamó – y te recuerdo que el trato era tu deuda a cambio de tu hija virgen.

- Y yo te la entregue y…

- Pero ella no está aquí e igual te recuerdo que las drogas que le coloque a tu hija no son baratas y el costo de estas se agregara a tu deuda si no aparece.

- Que no… no por favor… yo…

- Tráemela y olvidare esto ¿entendiste?

 - Si… si… yo la buscare, de… de seguro regreso a casa – aseguró el mayor colocándose de pie para salir corriendo de la habitación.

- Recuerda una hora – le gritó a modo de recordatorio – ustedes síganlo – le ordenó a los que lo acompañaban, quienes igual empezaron a correr detrás del mayor.

Ante esa amenaza el mayor no lo pensó dos veces y salió corriendo rumbo a su casa, porque ese debería ser el lugar al que iría su hija.

- ¡Emma! – gritó al ingresar a la casa, pero se angustio al no escuchar respuesta alguna por lo que empezó a buscarla en cada rincón del hogar – OYE ESTUPIDA INGRATA ¿DONDE ESTAS? – hablaba caminando hasta la habitación de ella angustiado, pero en eso vio que esa habitación estaba tal y como la dejo… lo que significaba que ella no había ido a la casa.

 Al ver eso se asustó ¿por qué entonces dónde se metió? ¿acaso el hombre con el que se acostó se la llevo? o ¿es que esos alfas le estaban traicionando y además de robarse a su hija le cobraría? no… eso no podía ser verdad porque si no ese sujeto no le habría dicho de ir a buscarla.

Sin saber dónde podría estar su hija, se llevó las manos hacia sus cabellos para revolverlos y jalarlos a modo de frustración porque no podía perder a su hija… porque eso significa que debería trabajar para pagar sus deudas.

- Maldición… ¿dónde te escondiste estúpida? – dijo para sí mismo apretando con fuerza los puños imaginando que apenas la encuentre le golpearía hasta el cansancio.

 - Veo que tu hija es lista y no regreso a casa – en eso el mayor se asustó y al girarse vio al encapuchado parado bajo el marco de la puerta con una pistola en mano.

- No… pero… pero si me da más tiempo yo la encontrare porque soy su única familia, no tiene a donde ir.

- Olvídalo, ya me hartaste.

- Señor por favor sé que puedo en… - pero las palabras quedaron en el olvido tras escuchar una detonación.

- ¿Señor? – en eso uno de los guardaespaldas entró al lugar preocupado al escuchar el disparo.

- Deshazte de este humano inútil y ponlo a trabajar – ordenó mirando que este estaba retorciéndose de dolor por la bala en su pierna - y sigan rastreando a esa idiota, porque no voy a dejar que se escape con mi oportunidad de obtener el favor de nuestro señor – declaró furioso saliendo de la casa para subirse a su automóvil y alejarse de ese lugar.

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