[SOFÍA]

Al día siguiente: 4 de noviembre

El hotel despierta con un zumbido distinto. Ya no son solo los motores de maletas ni las voces mezcladas en varios idiomas: es la noticia corriendo como pólvora, un rumor eléctrico que se filtra por cada pasillo. El correo de Valentino & Co. ya no es un secreto. Todos lo saben. Todos hablan de ello.

Camino con el corazón en la garganta, siguiendo los pasos firmes de Francesco. Él avanza como si nada pudiera sacudirlo, hombros rectos, el mentón erguido, pero yo sé lo que significa este momento. Sé que detrás de esa calma hay un cálculo preciso, la decisión de no mostrar fisuras. William Soyer ya habrá leído los titulares. Y William no perdona.

Cuando entramos al hospitality, la atmósfera se siente más densa que nunca. Técnicos, asistentes, incluso los mecánicos, bajan la voz apenas nos ven pasar. Las miradas furtivas, las cejas arqueadas, los murmullos que se cortan en seco… es como si llevara escrita en la frente la palabra traición.

El pasillo