[SOFÍA]
Cuando abro los ojos, el cielo sobre Ciudad de México aún está oscuro. El reloj marca 6:41 am, pero los mensajes no entienden de horarios. La primera alerta me despierta. La segunda me obliga a mirar. La tercera me confirma lo que ya temía: la foto se volvió noticia.
No hay vuelta atrás.
No importa cuántas veces repitamos que lo nuestro es una estrategia, que fue planeado desde el inicio, que el romance es parte del acuerdo mediático para limpiar la imagen de Francesco. La foto no muestra eso. Muestra algo más. Muestra un descuido. Muestra una verdad no autorizada.
Intento tragar saliva, pero tengo el pecho apretado. Me visto en automático, me recojo el pelo con fuerza, como si eso pudiera darme control sobre algo. En el pasillo del hotel me cruzo con un miembro del staff que sonríe demasiado.
—Linda foto, ¿eh? —dice sin malicia, pero con ese tono que corta igual.
No contesto. Solo sigo caminando.
En el paddock, todo se siente ligeramente fuera de eje. Como si el suelo se hubi