Nos quedamos algunos minutos más en la mesa que previamente nos otorgaron, compartí con la directora y con los maestros todo el tiempo que pude, pero se hace tarde y lo mejor es irme con mi pequeño.
—Bueno, señores, ha sido todo un placer poder compartir junto a ustedes, pero debo atender a mi pequeño. —mencioné levantándome de la silla, al igual que Nikolaus.
—Nos veremos pronto. —menciona el alemán poniéndose a mi lado.
—¿No se queda, señor Hoffman? —interviene la señora Paxton.
—No, es un día para pasar en familia. —enarca Nik—. No perdería jamás tiempo con ellos.
—Eso habla muy bien de ustedes y de su crianza. —espeta el señor Paxton—. Sin duda nos veremos pronto. Eva, ha sido todo un placer conocerte.
—Lo mismo digo, señor Paxton. —respo