Olivia.-
— Bueno, pues tendré que acondicionar mi apartamento nuevamente para bebés, porque asumo que no volverás a la mansión que te dejó el señor Owen y menos cuando la nana de Damián se encuentra allí.
— No me hables de esa mujer, fue un infierno corto, pero infierno al fin el que me hizo pasar esa señora.
— Se me había olvidado decirte, esa señora tuvo su castigo divino.
— ¿De qué hablas?
— Le dio un derrame y quedó postrada en una cama.
Recordar a Susana, esos momentos que tuve con ella, todo ese estrés, fue un trago amargo, nunca le desearía mal a una persona y menos a alguien de su edad.
— Pues no me alegra su desgracia, hermana, pero tampoco la voy a compadecer, esa señora fue muy cruel conmigo, me trató muy mal y sin ninguna razón hasta el último momento, hasta se atrevió a decir que Samuel no era hijo de Damián y que ella se encargaría de convencerlo para que le hiciera una prueba de ADN, no, nunca se lo voy a perdonar y fue bueno que las cosas pasaran como sucedieron