Luego de despedir a la empleada, Ethan subió a su habitación. Necesitaba liberarse de la tensión que llevaba a sus espaldas; por lo que decidió darse una larga ducha caliente.
Minutos más tarde, salió de la ducha, se secó el cabello con la toalla pequeña y se sujetó la otra toalla en el torso. Se miró al espejo notando y pasando su mano sobre la incipiente barba de dos días que llevaba. Tomó la afeitadora, rasuró su rostro y terminó aplicándose una loción perfumada.
Regresó a la habitación, caminó hasta el guardarropa, tomó una atuendo ligero para vestirse. Se colocó una franela blanca de algodón que delineaba ligeramente su torso y un pantalón de pijama largo azul oscuro. Se calzó unas sandalias de cuero y un poco de perfume.
Se dirigió a la habitación de Oliver con el cabello aún húmedo. Al empujar la puerta, vio a Jazmín. Ella estaba sentada junto a la cuna, meciendo suavemente al niño dormido. La tenue luz de la lámpara de noche dibujaba sombras suaves en su rostro. Ethan se