Una tregua, eso era lo que Jazmín necesitaba para comenzar a ver a Ethan Whote como su jefe y poder cumplir con su rol de niñera, sin tensión, y sin tener que preocuparse de que algo podía suceder entre ellos.
Durante varias noches, había estado leyendo algunos libros en su móvil sobre Inteligencia Emocional. Necesita comprender que ellas –las emociones– siempre están dentro de cada ser humano y que son inevitables e incontrolables. Pero, que sólo cuando las aceptas, aprendes a entender porque están allí y entonces, te permites reaccionar de forma racional.
Aquel conocimiento, la había estado ayudando a sobrellevar la incómoda situación con su jefe.
Y ahora qué él había asumido verla de otra manera –o eso pensaba ella– sería más sencillo trabajar con él.
—Bien, que descanses —dijo él incorporándose del sillón antes de salir del dormitorio de su hijo.
—Igualmente, descanse.
—Puedes tutearme si lo deseas, Jazmín.
Ella asintió ligeramente.
Ethan fue hasta su habitación y