El sol de la tarde brillaba intensamente sobre la piscina, creando reflejos resplandecientes en el agua cristalina. Valentina y Valeria estaban tumbadas en sus sillas reclinables, disfrutando del calor y del relajante sonido del agua. Ambas llevaban gafas de sol y trajes de baño, aprovechando cada momento de paz después de los eventos tumultuosos de los últimos días.
De repente, Angela apareció frente a ellas, con los brazos cruzados y una expresión severa en el rostro.
La primogénita de Angelo y Sara era toda una mujer, se encontraba en la universidad cursando la carrera de psicología, era una chica madura y centrada en sus estudios.
—¿Puedo saber qué demonios pasó en el bar la otra noche? —demandó, mirándolas fijamente.
Valeria y Valentina intercambiaron una rápida mirada, tratando de fingir inocencia.
—¿De qué hablas, Angela? No pasó nada —respondió Valeria, tratando de sonar convincente.
—Sí, solo fuimos a una fiesta de graduación —añadió Valentina, aunque su voz traicionaba un l