Yara, abordó el jet privado de su padre y viajó a Lugano, Suiza.
  Aterrizó después de horas de vuelo en Zurich, y de ahí viajó a Lugano.
  Subió a un Uber, y dió la dirección del departamento que tenía en esa ciudad y una hora después, estaba tirada sobre la cama.
  Cogió el celular y envió mensajes a sus padres de que estaba bien.
  Empezó a buscar información para seguir con la carrera de estudios y un trabajo de medio tiempo, no quería depender tanto de sus padres.
  Los días pasaron y estaba en la universidad pidiendo información.
  —Por favor necesito información para ingresar a la universidad. ¿Cuales son los requisitos para la admisión.? —preguntó. La secretaria explicó los pasos a seguir y una semana después ya estaba ingresada.
  Fue a una cafetería, se sentó en una mesa y de pronto una joven rubia tropezó con su pie y terminó cayendo sobre la mesa de Yara.
  —Perdón, tropecé y terminé tirando tu café encima. Que pena. Se disculpó.
  —Tranquila, un accidente lo tiene cualqui