Mundo ficciónIniciar sesiónCaminé entre los corredores del ala de pediatría hasta hallarlo, estaba con un pequeño el cual asumí era tratado por oncología dada su apariencia pálida, ojerosa y la alopecia. Suspiré antes de darle alcance a mi amigo que hacía tonterías y el niño no paró de reír.
—Rico —dije en bajo, pese a eso le provoqué un respingo que a la vez sacó una enorme carcajada al niño y procedí a disculparme entre risas, apenas se giró a mirarme; aunque sus ojos temblaron de preocupación—, ¿estás muy ocupado? —¿En dónde te metiste? Ricky tomó posición tras la silla de rueda del niño y yo lo hice a su lado. Entregamos al pequeño a la enfermera que lo transportaría a su estudio y nos dirigimos a la alegre cafetería del hospital, cuya decoración en vibrantes tonos resultaba una cachetada a la depresión. —Kevin, dijiste que irías a casa y me ibas a explicar todo, en cambio, llegué allá y solo encontré la sorpresa de tu ausencia y… —Ricky guardó silencio, lo observé confundido porque no






