Laurent
Llegamos en menos de diez minutos al edificio dónde se encontraban las oficinas de mi despacho, justo en el momento en que veía a los agentes sacar varias cajas con la información de mis negocios y de mis clientes.
- ¿Dónde llevan todo eso? - espeté molesto en contra de uno de ellos trantando de quitarle la caja y el tipo me miró con cara divertida.
- Señor, si necesita saber algo, pregúntele al Fiscal, él le podrá dar toda esa información.
- ¡Maldito, haré que los despidan a todos, no saben con quién se estan metiéndo!
Los ineptos esos se rieron en mi cara, pero de verdad es que no sabían con quién se habían metido, los haría pagar uno a uno por esta afrenta.
Entré como el dueño del mundo que era en mi bufete y veía las caras de mis empleados, eran de espanto y más aún al verme a mí, pues no dejaría títere con cabeza después de que todo esto se solucionara.
- ¡Braulio! - bramé para que apareciera mi asistente, el que corrió hacia donde estaba y me miró con la cabeza gacha - ¿