- Laurent -
Estos años han sido más que satisfactorios, sentía al mundo a mis pies, mi matrimonio fue épico, teníamos a toda la crema innata de Chicago y Anna como la digna incubadora de mi heredero se lució.
Lo que no me esperaba era que aquél accidente marcara el rumbo de mi vida de una manera distinta, tuve que cambiar mis planes cuando la estúpida de Marine me dijo que mi cuervo había muerto, ya no tendría lo que quería para mí, lo que en cierta forma me tranquilizaba, pues un bastardo no estaba en mi ecuación perfecta.
Con el pasar del tiempo, me olvidé de ella y ahora Judith cumplía esos requisitos, la exquisita colorina que había conocido en mi matrimonio me volvió loco y en una pequeña escapada esa misma noche la hice mía. Disfruté la mejor noche de bodas con una extraña, con eso Anna entendería que sus desplantes de niña mimada no tenían cabida en nuestro matrimonio.
Ya han pasado seis largos años y mis adorados hijos Adam y Aston crecían para ser mis próximos herederos, era