—Marine Moon—
Mi cuerpo no paraba de temblar, mientras Olej trataba de consolarme. Me encontraba, nuevamente en el mismo hospital y por mi amiga, a la que consideraba mi hermana. Volvíamos a estar en urgencias, esperando ver que pasará, pero ahora era distinto, esperaba lo peor. Ver su delgado cuerpo cubierto en sangre y su piel fría al momento de tocarla, me provocó el mayor de los miedos, pero los paramédicos me decían que su corazón aún latía y eso me daba una luz de esperanza.
Como siempre, desde que me recogió de la mierda en donde me encontraba, mi gran amigo y otro hermano, Olej me sostenía y trataba de infundir fuerzas. No sé cuanto tiempo había pasado, lo único que sabía es que nadie salía a darnos una explicación y lo único que quería era botar esa maldita puerta y matar a cualquiera para que me hablaran de Nat.
—Tranquila, Mar. Ya sé qué estás pensando.—me dijo afirmando más que preguntando y creo que leía mis pensamientos, yo lo único que quería eran respuestas.
¿Por qué e