Gabriel aún seguía furioso con Karen cuando bajó del auto y se encaminó a su oficina. Después de discutir con Deyanira, organizó unos documentos para ponerla en su nuevo lugar. No está dispuesto a perdonar la intromisión de ella en el hogar de su padre. Esa mujer no tiene ningún derecho a robarle la paz que ella no tiene debido a su capricho u obsesión.
Él está decidido a poner a cada uno de sus trabajadores en sus respectivos lugares, ya no va a tener más contemplaciones.
— ¡Celia! — la llamó con su voz potente.
Ella nerviosa se acercó y se quedó de pie delante de él esperando sus órdenes. La mujer le teme, y cada vez que él la llama, cree que va a ser despedida.
—Redacta esta carta de bienvenida para la señorita Kathy Brown, y recuerda que tú serás su asistente. Si ella considera que tu trabajo es mediocre o ineficiente, te irás de este lugar. Ya no tendrás el amparo de Deyanira.
La joven nerviosa tragó y tomó aquel papel de las manos de su jefe. La mano de ella temblaba debido a