Karen llegó con el corazón destrozado debido a la angustia que sentía por su hermana. Entró a la casa y miró a su padre, y la mirada amorosa del hombre la quebró más, y ya no pudo representar su papel de mujer fuerte, solo se giró y se sentó en la mesa del comedor llevándose las manos al rostro y ahí su alma se descargó de llanto y dolor.
—Ella lo arruinó todo, papá — dijo llorando desconsoladamente – arruinó la oportunidad de salir adelante. El doctor Nicolás no soportó más sus irreverencias y le quitó la beca. Ella misma se robó la oportunidad de ser alguien y salir adelante en la vida.
El viejo bajó la mirada avergonzada y dejó escapar un largo suspiro. Luego caminó hacia ella y acarició la cabeza de su hija. Karen solo lloraba por el sueño que ella no pudo alcanzar.
—No te preocupes, mi amor. Muy pronto nos vendrán tiempos mejores— dijo atormentado, pero ocultándole a la joven para no preocuparla más — Manuel me ha propuesto un negocio...una forma de...
Ella levantó la mano para i