Por Elizabeth
Me asombré mucho cuando Ricardo me ofreció la presidencia, aunque dadas las circunstancias, hasta lo entiendo.
Antes habíamos bailado con Gonzalo, vi cuando se acercó a la orquesta y cuando comenzaron a sonar nuestros temas, me embargó una sensación rara, de pena, de melancolía y al instante lo tuve delante mío, me invitó a bailar y me pareció una locura, pero accedí.
Fue nuestro momento, me dijo que me amaba, que lo perdone…y me besó.
Parecía todo una puesta en escena por el 33 % de la empresa, pero yo sé que él no es así.
Había cambiado mucho, pero el dinero no le importaba y de eso tenía la certeza.
Gonzalo sabe como llegar a mí y eso sí me asusta.
Es muy difícil perdonarlo, por más que por las noches, donde no puedo dormir, sigo imaginando cuando hacíamos el amor y sigo sintiéndome dueña de sus besos.
Ahora que se acercó a nosotros trato de no suspirar cuando lo veo.
Por otro lado me cambio por esa mujer, yo le di todo de mí, le di mi vida entera y estuvo tanto tiemp