Regina me mira como si estuviera loca y me responde como si yo estuviera equivocada.
—Debe ser una broma, no lo creo del doctor Malory.
—¿Lo ves aquí?— indico la sala, estoy molesta, furiosa y no con él, sino que conmigo por ser tan idiota y caer como una tonta enamorada.
—¡Cálmate, por favor! Escúchame, esto debe ser un error, de verdad que no creo que el doctor ricitos te hiciera algo como esto.
—¡Basta! No quiero saber de él.
Corro hacia mi habitación y me encierro con seguro, no quiero nada ni a nadie en este momento. Necesito pensar y llorar, sí eso, quiero llorar hasta que no me queden lágrimas por culpa de ese infeliz.
Me arropo en mi cama y como una estúpida tomo su almohada y la aferro a mi cuerpo.
—Nathan ¿por qué?
-----+-----
Escucho gritos en la sala, sé que es él, bah, por fin apareció después de tres días. Sí, tres putos días que no vino a casa, he estado encerrada aquí, lo más que puedo y sin que los niños se preocupen, George y Rosita no dicen nada, solo me miran con t