Capítulo 4

- Debo salir de esta burbuja en la que he estado todos estos años, Lucrecia, basta de lamentos y esperanzas, solo tengo que actuar, si el destino quiere me encontraré a Eduardo aunque ya no sea el mismo de mis recuerdos - Aseguré mientras me tiraba a la cama

Lucrecia solo pudo mirarme con ternura, era la única compañía que me quedaba, posiblemente solo su bondad era la que me mantenía en pie. La noche no fue nada agradable, pensé muy bien lo que debía hacer, a la mañana siguiente, me levanté muy temprano, tomé café rápidamente y salí de mi casa, siempre luciendo ropa negra no por guardarle luto a mi padre, sino porque había decidido que a partir de ahora mi pasado quedaba muerto y vestiría así de ahora en adelante, hasta que la vida finalmente me permitiera mirar a Eduardo

-Yo sabía que no ibas a rendirte – murmuró ella

-No, no puedo, por más que quiera no pueda – dije dirigiéndome a la puerta

- ¿A dónde vas? - Me gritó Lucrecia

- A la exportadora - Contesté rápido

- ¿Sola?

- Sí, allá deben estar mis trabajadores, no pienso rendirme Lucrecia, yo veré como saldo esa deuda y créeme que durmiendo no lo voy a lograr – alegué mientras salía dispuesta a investigar sobre el hombre con el que supuestamente debía casarme

Ella ya no supo qué más decirme pues me conocía bien y sabía que cuando tomaba una decisión era indetenible, ocupé el viejo jeep de mi padre y eso me permitió llegar más rápido, en la exportadora ya se encontraban todos los trabajadores, cada uno en su puesto con normalidad, hasta que el tacón de mis botas resonó en el piso de la primera planta

Luis era el único hombre respetuoso que podía ayudarme, era el contador de la empresa, no hice más que buscarlo para averiguar lo que tanto necesitaba saber sobre el famoso contrato del señor Liam  y la cantidad exacta de la deuda con él.

- Luis, necesito me entregues todo la información necesaria respecto a la deuda de la exportadora - Le ordené sin mostrar inseguridad

Él tenía las llaves de todo los archivos tras que me las entregó subí rápidamente las escaleras que me llevaban a la oficina de mi padre, y me encerré ahí, por primera vez me sentí como una niña pequeñita que va en busca de sus juguetes.

Abrí el primer archivo, leí únicamente los títulos de cada documento hasta encontrar lo que necesitaba, tardé posiblemente cuatro horas, hasta que finalmente hallé los acuerdos establecidos sobre la deuda, nunca había estudiado pero a los números les entendía bien, sé que mi inteligencia estaba ahí, así que fácilmente pude sacar cuenta y darme por vencida, pues la cifra era impagable, que pensar que se podía pagar rápidamente era igual de difícil, como lo era firmar un contrato con el señor Liam.

- Joder, tendré que casarme con ese imbécil - Pensé, pues alguien que deseaba tener un matrimonio arreglado no podía ser inteligente

Seguí buscando hasta encontrar las cartas, único medio de comunicación que teníamos, pues sé que ahí debía haber una señal de Eduardo, y la explicación exacta del acuerdo matrimonial, hasta que di con él.

- La única forma de saldar la deuda es que mi hijo Páter se case con tu hija, Mary, puesto que si muero primero que tú, él quedará solo y , no quiero que la empresa quede a cargo de un joven completamente libre que no hace más que gastarse el dinero en tonterías, necesito dejarlo casado con alguien que tenga bienes como los nuestros, que sea buena y responsable, no como las cazafortunas que se lía...

Citaba parte de lo escrito a lo cual mi padre siempre respondía como si ya lo hubiese hablado conmigo, asegurando que yo estaba completamente dispuesta a hacerlo.

- Así será, viejo amigo, después de todo ambos saldremos beneficiados - Decía en parte de todo el escrito de la última carta que había enviado antes de ser internado en el hospital, lo demás aseguraba que yo era una mujer bella, que  estaba acostumbrada a la buena vida, pero que era muy sensata y culta, que él tampoco deseaba dejarme desamparada, pues no deseaba verme casada con nadie del pueblo, sino con alguien que estuviera en mi mismo nivel, lo que señalaba era espantoso, me vi únicamente como un objeto de valor al que podían echar a suerte. También explicaba que yo era señorita, que nunca me había acostado con ningún hombre, y eso lo aborrecí, pues mi padre ni siquiera sabía que yo ya me había acostado con Eduardo desde que era una jovencita.

Seguí leyendo y la última carta del señor Liam me atormentó todavía más.

- Han pasado dos meses desde el último correo, Ernesto, cada día suben los intereses de tu deuda, necesito que me confirmes lo más rápido posible sobre la firma del contrato matrimonial, pues mi hijo cada vez se hunde más por culpa de estas bellas norteamericanas, y me urge que se case lo más pronto posible para asegurar mi fortuna y saldar tu deuda, si esto no sucede en los próximos cinco meses tendré que ir hasta España y tomarme tu casa y tu  exportadora que por muy malas que sean sus ventas al menos podrá regresarme todo el dinero que te presté y sabes bien que esto no te conviene, pues tú estás más enfermo que yo y tu querida hija Mary quedará en la ruina, quiero ayudarte, amigo, agiliza este proceso, y así tu hija quedará en las mejores condiciones de vida después de tu muerte, una mujer no será capaz de sacar adelante esa empresa...

Alegaba, señalándome como una inepta en beneficio de ambos, ahora entendía mejor porqué esos dos hombres se llevaban tan bien, la fecha de la carta señalaba que había sido enviada  en el segundo mes que mi padre estuvo hospitalizado, por lo cual habían pasado ya cuatro meses del plazo de cinco que establecía,  así que solo quedaba un mes para que él tomara posesión de la empresa si yo no aceptaba casarme con su hijo, la angustia me aterró, pues en un mes, no podría conseguir todo ese dinero, por mucho que trabajara y vendiera, era supremamente imposible, ordené nuevamente los papeles, en el mismo lugar que los había encontrado y me senté en la silla del escritorio, a llorar desconsoladamente, por verme obligada a rendirme, pues si no hacía eso me quedaría en la ruina, sin padres, sin casa  y sin ningún medio de trabajo.

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