2.11. No puede ser.
— ¡Vaya! — Exclamó Ian mirando todo por la ventanilla de la limusina que los llevaba desde el aeropuerto hasta Art Life, la empresa a la que iban a arreglar los problemas con la Aplicación de Lía.
— Es fascinante ¿Verdad? — Respondió Alessandra — Me encanta Londres y ver a mi familia de aquí.
— Me alegra saberlo, Alessandra, porque Ian y tú irán a casa de los Mars mientras nosotros trabajamos. Allí se divertirán más, aunque también pueden hacer turismo después de saludar a la familia. — Dijo Lía mientras el chófer paraba el coche.
Jareth estaba esperando por Enzo y el matrimonio, así que fue a verlos bajar de la limusina y caminar hasta ellos.
— ¡Enzo, qué bueno que pudieron venir! — Exclamó Jareth Mars con efusividad, para después dirigirse al matrimonio — pero sobre todo qué bueno que ustedes aceptaron venir, especialmente la señora Anderson.
Justo en ese momento, apareció Claire, la esposa de Jareth, se le notaba nerviosa, y cómo no estarlo si no solucionaban pronto los problemas c