Capítulo 28

Lina abrió desmesuradamente los ojos al escuchar a Marco. Se acerca a Nara para hablarle al oído.

—¿Cuándo le dijiste? —le pregunta, pero Nara estaba igual o más consternada que Lina y se demora un poco en responder.

—No lo hice —le responde, aún sin comprender lo que estaba sucediendo. Tampoco tuvo tiempo de pensarlo demasiado porque Carlos no estaba dispuesto a dejarlo pasar tan fácil. Con actitud amenazante se acerca a Marco, que no retrocede ni se siente intimidado.

—Si crees que me voy a creer lo que acabas de decir, estás loco —le dice Carlos a Marco, que lo mira intensamente—. Sé que Nara solo te usa para darme celos, y ahora quieres que crea esa mierda. Suelta a mi hija de una vez.

El tono de Carlos molesta a Marco, que retrocede para que no pueda tocar a Andrea. No quiere siquiera que la toque. No le importa siquiera si es en verdad su padre, un tipo como ese no se merece el cariño de la niña.

—Parece que no sabes quién soy —continúa Carlos con tono altanero, arre