Devin proporcionó una dirección y le preguntó al camarero:
—Disculpe, ¿el hotel ofrece servicio de transporte para llevarnos a este lugar?
El camarero le respondió:
—Para tener transporte privado, se requiere un pago de doscientos dólares más una propina de cien dólares.
Devin exclamó:
—¡Vaya, eso es demasiado costoso! ¿Y ellos? Los dos que se fueron hace un momento. Ellos son mis compañeros. ¿Por qué ellos tienen un coche y nosotros no?
El camarero respondió:
—Lamento decirle, señor, que este servicio es exclusivo para los huéspedes VIP del hotel. Además, la señorita puede disfrutar ese servicio totalmente gratis.
Devin preguntó con gran curiosidad:
—¿Cuánto cuesta convertirse en VIP?
El camarero sonrió amablemente y respondió:
—El costo es de tres millones de dólares en efectivo.
—¡¿Qué?! ¡Eso es muchísimo dinero, vaya! Si lo hubiera sabido, me habría unido a ella…
Gloria, con una expresión fría y desconcertante, dijo:
—No es conveniente tomar un taxi en este momento. Pagaremos los t