Capítulo 319
—¿Qué haces parada ahí? ¡Súbete a la motocicleta? —exclamó Sergio.

Luna apretó ligeramente los labios:

—Sergio, la verdad es que no tengo muchas ganas de salir.

—¿Acaso quieres ser una idiota aburrida? ¡Apúrate y súbete a la motocicleta, me estoy congelando! —urgió Sergio.

—Peor, ¿adónde vamos…?

—A un lugar bastante genial...

Finalmente, Luna se subió a la motocicleta. Nunca había estado en una motocicleta como aquella. Sergio se volteó y examinó su rostro, frunciendo el ceño. Luna se sintió desconcertada por su mirada y le preguntó:

—¿Por qué me miras así?

Sergio extendió la mano, deshizo el moño que ella llevaba en la cabeza, luego le colocó el casco y tomó el elástico que había quitado en su muñeca. Y le ordenó:

—¡Abrázame!

¿¡Qué!?

No sabía si era debido al clima o a sus palabras, pero Luna sintió que sus orejas se entumecían al instante. Agarró levemente los lados de la chaqueta de Sergio mientras decía:

—Ya está. Vamos.

—¿Por qué no me abrazas firmemente?

Con las manos enfundadas
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