—¡Pero la herida es tan grande…! Si no fuera porque Andrés se dio cuenta de que no habías regresado a casa temprano y fue a recogerte preocupado, ¿qué habría pasado si te hubieras metido en problemas? —exclamó Liora.
Luna solo sonrió y respondió:
—Es que me caí sin querer.
—¿Qué? ¿Te caíste? ¡Esta herida es tan grande que no parece ser causada por una caída!
—Me caí mientras practicaba baile, sin darme cuenta y con algo me corté.
Liora frunció fuertemente el ceño y dijo de inmediato:
—No, no. Tengo que decírselo al señor para que te cambie a otro lugar. ¡La profesora es definitivamente una irresponsable! ¡Te lastimaste y ni siquiera se preocupó por ti!
Las palabras de Liora le dieron a Luna una sensación cálida en su corazón. Ella siempre era la primera en preocuparse por ella cuando estaba lastimada.
—Liora, de verdad estoy bien y no te preocupes. Llama a Paco para que me recoja aquí —pidió Luna.
En ese momento, Isabel propuso:
—Luna, ya es muy tarde. Quédate aquí a descansar una noch