La situación no estaba bien. Samuel estaba completamente furioso por todo lo que había pasado y, ahora, aún más, al saber que Lis no lo amaba y que todos sus esfuerzos habían sido en vano. No podía evitar sentir rabia por eso y, ahora, albergaba un gran rencor hacia su amigo Jack. Aunque sabía que, en realidad, Jack no tenía la culpa de que Lis lo amara tanto, pensaba que podría haberlo superado y conseguido su amor. Antes, para él, la felicidad era cosa del pasado, y ahora quien estaría siendo feliz sería Samuel, no un hombre que llevaba mucho tiempo muerto en la vida de Lis.
Acacia, por su parte, estaba más fuera de sí que de costumbre. Descontrolada, buscaba a Jack constantemente. Para ella, no merecía quedarse sin él y estaba segura de que no lo haría, aunque para eso tuviera que hacerle sufrir de la peor manera por haberla abandonado. Acacia no estaba resignada de ninguna forma y, para ella, lo único que importaba era tener a Jack a su lado. Una vez más, pensaba que el fin justif