—Señor Olavo, ¿pasa algo? ¿Quiere saber de Jack? Realmente no sé dónde está, ni siquiera sabía que iba a salir. Solo lo vi cuando ya estaba listo y saliendo por la puerta, ni siquiera habló conmigo, para que se haga una idea. Así que, lamentablemente, no puedo darle la información que quiere.
—Está bien, querida, ¡gracias! —Olavo colgó.
Olavo no creyó que debiera contarle a Lis lo que estaba pasando en ese momento. Sabía cuánto seguía afectada por la muerte de su nieto y no consideraba apropiado darle una noticia tan dura a una madre que aún estaba de luto por su hijo. Siguió sosteniendo a Frida en sus brazos, totalmente inconsolable. Entonces llamó a Luiza para informarle lo que ocurría, ya que, al estar más cerca de Lis, podría ir a su casa para obtener más información.
—Hola, Luiza. Soy Olavo, el padre de Jack. Te llamo porque solo tú puedes ayudarnos ahora, ya que estás en Manhattan. Necesito que vayas a casa de Jack a estar con tu hermana. Ha pasado algo horrible y aún no sabemos