—¡Vaya! No lo sabía. Entonces, eso significa que tu marido trataba a Liz como si fuera su hija. ¡Qué cosa más hermosa! Ni lo imaginaba. Sabía que era tu cuñado y tal, pero pensé que tendrían una relación normal de cuñados. Esto ahora me sorprende —Frida sonríe, pensativa.
—Nada, siempre fue así. Siempre la cuidó como si realmente fuera su padre. Tenían que ver el cuidado que tenía con ella en la escuela y en todo. Fue tanto que, incluso cuando nos casamos, ella siguió viviendo con nosotros. Y no les mentiré, para nosotros es hasta difícil prescindir de ella en casa, ¿saben? Ya estábamos tan acostumbrados. Todas las mañanas, él la llevaba al trabajo. Solo no la recogía porque siempre Jack la traía a casa. Pero ya la extrañaba, ¿saben? Incluso cuando yo necesitaba quedarme en casa para hacer algunas cosas y los niños querían salir el fin de semana, ella iba con los niños y Liam, mientras él los vigilaba, ella era quien jugaba con ellos en el parque. Él decía que, en realidad, ella tambi