Punto de vista de Serena
La fiesta brillaba en su apogeo. El aire, perfumado por fragancias exclusivas, envolvía el salón donde las luces danzaban sobre un mar de rostros influyentes de la industria de la moda.
Al moverme entre la multitud, recibía sonrisas y gestos de reconocimiento mientras el éxito del desfile se reflejaba en cada mirada, haciendo que participar en aquel momento resultara verdaderamente embriagador.
Entre el bullicio, divisé a Max que se aproximaba con gesto sombrío. Se plantó frente a mí y dijo:
"Vaya, tu número en la pasarela fue todo un espectáculo. Pero no lo olvides, no todos tienen un novio millonario que les arregle sus desastres".
Arqueé una ceja con desdén. "Qué gracioso que tú digas eso, Max. No a todos los sabotearon esta noche, ¿o sí?", le respondí.
Soltó una risa burlona. "¿Así que estás culpando a alguien más? ¿Ni siquiera admites que haces joyas horribles?"
Contuve la respiración mientras le sostenía la mirada, y cuando hablé, cada palabra salió calcu