Punto de vista de Serena
Estaba en otra audiencia judicial para Doris, y me encontraba sentada junto a Bill. La sala del tribunal estaba llena de murmullos y susurros mientras la gente se acomodaba en sus asientos.
Los testigos subían al estrado uno por uno, cantando alabanzas sobre Doris. La pintaban como una persona amable y generosa, una amiga devota y una empresaria respetada. Era como si estuvieran describiendo a una persona completamente diferente.
—La señorita Tipton siempre ha sido generosa con su tiempo y dinero —dijo un testigo—. Ha donado a muchas organizaciones benéficas y ha sido mentora de muchos jóvenes profesionales.
Otro testigo, un antiguo colega, añadió. —Doris tiene un corazón de oro, siempre está dispuesta a ayudar a organizar algunos de nuestros proyectos comunitarios.
Mientras escuchaba esos testimonios, mi estómago se revolvía. La Doris que yo conocía era manipuladora y peligrosa, así que verla retratada como una especie de santa me enfurecía.
—Qué montón de mie