Una esposa para el conde. Capitulo 26
Antes de la ceremonia de bodas de su amigo, Thomas fue a Lancaster House para hacer un último intento por lograr que entrara en razón. Era temprano, por lo que el duque ordenó que les sirvieran el desayuno, aunque ninguno de los dos probó bocado. Solo bebieron café en un tenso silencio que fue roto por Arthur.
—No tuve la oportunidad de mencionarte algo… —inició, llamando la atención del conde, que lo miró con curiosidad—. Sin proponérmelo, he oído algo perturbador en casa del conde de Craven, haces unas semanas.
—¿Algo perturbador? —indagó Thomas, preso de la intriga.
—Tu casi prometida —inició, logrando que Essex rodara los ojos, pues sabía perfectamente que las atenciones que su amigo le dedicaba a la joven, era el resultado de un trato cuyos detalles desconocía— ingresó de improviso al despacho de su padre, con el semblante descompuesto. Se la veía muy mal —aclaró Arthur con seriedad—. Tuve el atino de retirarme, pero cuando crucé el umbral de la entrada al despacho, no pude evita