El semáforo cambió de color, y la fila de vehículos comenzó a avanzar y con ella el pedaleo de la rubia, que buscaba desesperadamente huir del rápido auto de Connor.
— ¡Audrey! ¡Audrey! Por favor, detente, solo quiero que hablemos ¡Audrey! — el hombre continuó insistiendo incluso cuando ella viró a la izquierda tomando un callejón angosto por el que pensó que Connor no se atrevería a meter su costoso bólido.
Se equivocó, el galeno se midió a la perfección y pasó por el reducido espacio entre dos edificios hasta el otro lado del callejón, alcanzándola.
— ¡Audrey!
« ¡Carajo! ¿Es en serio? No va a dejar de seguirme » ella viró otra vez al salir del callejón, esta vez en sentido contrario al de los autos manteniéndose replegada a un lado de la calle para evitar un accidente, pero dejando a Connor atascado por no poder hacer lo mismo que ella con el auto.
La chica giró el cuello para ver al hombre golpear el volante con sus puños y gritar algo que