— ¿De manos atadas? ¿Qué quiere decir con eso? — Connor soltó al borde de la angustia.
— Que, si el niño no está aquí, señor Evans, no será fácil seguirle la pista, dependerá de los secuestradores y de cuando se quieran comunicar, debemos actuar rápido.
Connor soltó una maldición y se dejó caer en el sillón con el rostro entre las manos, mientras Hunter daba instrucciones a su equipo y se movilizaban rápidamente por las inmediaciones.
— Doctor, Evans, sé que está muy preocupado, ¡Pero necesito esos planos ahora! — Hunter le dijo tocándole el hombro.
Connor levantó la cabeza y su vista se dirigió hasta un estante cerrado de puertas de madera de caoba tallada.
— Ahí — Dijo saltando de la silla — Ahí están los planos de la propiedad, pero habrá que sobreponerlos, mi padre le hizo adiciones a la casa principal, y la propiedad ha cambiado con el paso de los años, me preocupan los desagües de la laguna y la piscina, y también los de las caballerizas, se supone que todo está sellado, pero so