— Rosa, ¿Ves que linda es Audrey? Yo quiero que se quede con nosotros — Oliver le dijo a la nana mientras le daba su merienda de media tarde.
La mujer asintió con una sonrisa.
— Sí, cariño, es muy linda, pero no te ilusiones, tu papá la trajo para ayudarla, no sabemos si se quedará.
— ¡Pero la tía Beth se quedó! Y ella es muy mala conmigo, Rosa, en cambio, Audrey es muy buena, ella me cuenta cuentos en el hospital, y juega y pinta conmigo cuando mi papi está ocupado.
— Entiendo Oliver, pero tu tía Beth es la hermana de tu madre, y ella es dura contigo porque quiere lo mejor para ti, y Audrey es una amiga, hay diferencia corazón.
— ¿Por qué la defiendes, Rosa? ¡Tú no sabes lo que ella me hace porque no la ves, ella es mala, muy mala, la otra vez me dejó sin merienda y sin cena, lloré mucho…
— Oliver, no está bien decir mentiras — Rosa lo reprendió.
— No es mentira, ese día tú no estabas y papá tampoco, por eso te digo que no la