Una esposa para el conde. Capitulo 24
Boston
—Han pasado cinco meses… cinco meses, nana y no tengo ninguna novedad de él…
—Es mejor que te olvides de ese hombre, Ana. Al parecer, no piensa regresar —replicó su nana, la señora Emily Johnson, prima lejana de su padre y quien la había criado desde pequeña.
Anabelle de nuevo había buscado entre la correspondencia una maldita carta que nunca llegaba, y aunque se sentía estúpida, su corazón la obligaba a no perder las esperanzas respecto al perverso inglés que se había marchado dejando en zozobra su vida. No quería a nadie más, solo a él, y no pensaba darse por vencida hasta que el conde pasara por la vicaría y se uniera en matrimonio a otra mujer.
—No puede simplemente olvidarme… —musitó, arrugando todas las demás cartas que para ella no significaban nada—. Nana, necesito que vengas conmigo a Inglaterra, porque solo me rendiré cuando compruebe que Thomas se ha casado con otra.
La mujer de unos cuarenta años, delgada, elegante, rubia y de ojos grises, se puso de pie.
—Ordenaré