Los medios no daban tregua. Las imágenes de la boda secreta seguían circulando como pólvora entre las redes sociales y portales de noticias. Pero eso no fue todo.

Tan solo horas después, una nueva ola de titulares encendió el escándalo:

“Rolando Thompson y Claudia Moreno disfrutan su luna de miel en una isla privada del Caribe.”

Las imágenes filtradas mostraban playas de arena blanca, yates de lujo, copas de champán y cenas junto al mar. Claudia vestía trajes de diseñador, gafas de sol costosas y una sonrisa calculada. Rolando, en cambio, lucía satisfecho, como si ya hubiese ganado la partida.

Pero lo que esas imágenes no mostraban era la oscuridad que los rodeaba, el propósito oculto detrás de aquel viaje.

Era una celebración superficial, vacía… construida sobre las ruinas de la traición.

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En la ciudad, lejos de las palmeras y el lujo artificial, Eva sostenía un ramo de flores blancas mientras caminaba por el pasillo del hospital. Su rostro estaba sereno, pero sus ojos aún te