Por la mañana me despierto sola en nuestra cama. Jared no está.
No recuerdo haberme quedado dormida anoche.
Solo sé, que estaba esperando a que volviese, pero imagino que al final me quedé dormida esperándolo.
Le llamo al móvil y este está apagado. Qué raro.
Tal vez volvió anoche y no quiso despertarme, pero no puede ser. Él me habría tapado de haber vuelto, ¿no?
Empiezo a preocuparme.
Me levanto de la cama, y recorro la casa buscándolo.
Tampoco está.
Decido entonces llamar a su padres y contarles la situación.
—Había quedado con Evelyn para cerrar la sociedad, pero no sé nada de él desde entonces —le digo a su padre.
—¿Le has llamado?
—Lo tiene apagado. ¿Y si esa loca le ha hecho algo?
—No nos pongamos en lo peor, Chloë, déjame hacer unas llamadas —me dice y cuelga.
Ni siquiera se ha despedido, esto no pinta nada bien.
¡Otra vez no!
—Por favor, que no le haya pasado nada —rezo en voz alta.
Una hora más tarde.
Llaman a la puerta.