Mundo ficciónIniciar sesión—Hasta que por fin te acuerdas de que tienes madre. Pensé que no sabría de ti hasta fin de año —exclamó mi madre, con ese tono que mezcla reproche y cariño como solo ella sabe hacerlo.
—Buenas tardes. Lo siento, madre. He estado atravesando un momento difícil… muy difícil —respondí, tratando de envolver la pena que sentía con cortesía—. ¿Cómo estás?
—Cansada. Tengo toda la mañana trabajando en el campo y con este calor tan insoportable, hasta el sol me parece ingrato —dijo, como si el agobio pudiera traspasar la distancia entre nosotras.
—¿Por qué sigues allí? He estado enviándote dinero todos estos meses. Rosi terminó la secundaria y Enrique la universidad. ¿No te ayudan en casa? —suspiré, evitando mencionar al homb







