57. Horas cruciales.
— Tu corazón no es compatible.
Cuando Cristóbal escuchó aquellas palabras, el mundo bajo sus pies se detuvo de súbito.
— ¿Qué? — tardó en reaccionar.
— Lo siento mucho, Cristóbal.
— No, no… no puede ser. Tiene que haber algo que…
— Era muy probable que esto sucediera. En serio lo lamento, Cristóbal.
Pero Cristóbal se negaba a creer que fuese cierto. Qué él no podía donar su corazón a la mujer incluso más que a su propia vida.
— ¡Tienes que hacer que funcione! — le exigió, mirándolo a los ojos.
Su amigo sintió mucha compasión por él. Lucía perdido y descompuesto de forma increíble.
— Cristóbal… — no sabía qué decirle.
— ¡Tiene que existir alguna forma! ¡Por favor, es mi mujer! ¡No puede morir! — el terror a perderla se dibujó en su tono de voz.
Cuando el doctor y amigo de Cristóbal abrió la boca para responder, una enfermera apareció.
— Doctor, es importante que venga ahora. Tiene que escuchar y ver esto.
El hombre asintió, se disculpó con verdadero pesar con Cristóbal un momento y sali