38. Cristóbal esta dispuesto a descubrir la verdad
Cristóbal se incorporó fuera de su silla y la invitó a pasar. La buena mujer parecía inquieta y nerviosa.
— ¿Pasa algo? Te noto un poco tensa.
— Sí, no, bueno, señor, lo que pasa es que…
— Cristóbal, Brazilia. Llevo todos estos años tratando de que me llames por mi nombre. Eres como mi madre, por favor — le pidió amable, sonriéndole dulce.
— Tienes razón, Cristóbal — aceptó ella, y le regaló otra sonrisa.
— Mucho mejor. ¿Me dirás ahora qué pasa?
— No sé si deba decir esto. No me gustaría saber que me estoy equivocando y haga de esto un problema innecesario, pero…
Cristóbal entornó los ojos.
— ¿Pero qué? ¿Hay algo que deba saber?
La mujer asintió. Tomó una profunda bocanada de aliento y alzó el mentón.
— Esta tarde escuché a Caterina preguntarle a Amelia si… tú sospechabas de algo. No le habría prestado mayor atención, a no ser porque vi a la joven muy inquieta e incómoda con su presencia. Incluso pude percibir un poco de miedo en ella. Y no es la primera vez, Cristóbal.
Cristóbal abrió