39. Me quieres en tu vida, Amelia. Y yo te quiero en la mía
La veneró y consumió con increíble poder, doblegando todas las fortalezas que Amelia había estado luchando por mantener, y de pronto fue consciente de lo que estaba sucediendo, la estaba llevando a la cama, y otra vez, no pudo hacer nada para detenerlo.
No pudo hacer nada porque lo deseaba… aunque eso significara ponerlos en peligro a todos.
No, Dios, no podía.
Se separó con la respiración agitada. Para ese punto, ya estaban a los pies de la cama.
— Cristóbal, no…
— Deseas esto, Amelia. Lo deseas tanto como yo.
Ella negó. Sus ojos cristalizados.
— No puedes saberlo.
— Pero puedo sentirlo. Y aunque te niegues… tu cuerpo no lo hace — la pegó más a él —. Ya para con esto, te lo ruego. Ya para con esta distancia. ¿Es que no ves que no lo soporto?
— Ah, Cristóbal — Amelia resolló, bajando la mirada, pero Cristóbal alzó su rostro, y pegó su frente a la suya.
— Si tan solo fueras sincera conmigo, encontraría la forma de resolverlo, pero tienes que decirme que es lo que pasa — volvió