Capítulo 11: La ruina de Javier.
Claudia sintió un ardor punzante en sus rodillas, pero su orgullo la impulsó a levantarse rápidamente.
El rostro de Javier enrojeció con una furia venenosa, su dedo se clavó en el montón de pertenencias esparcidas por el frío suelo.
—¡Estas son tus cosas, tómalas y lárgate! ¡Te deseo felicidad a ti y a tu nuevo cónyuge, cariño! —bramó Javier con sarcasmo, cortando el aire tenso, tomando de nuevo las cosas y arrojándolas a los pies de Claudia.
Ella estaba a punto de responder con una furia que ardía en su interior cuando, de repente, un hombre alto y musculoso corrió hacia ellos. Era Andrew, quien había estado observando la escena desde la distancia. Sin perder tiempo, se interpuso entre Claudia y Javier, con una mirada desafiante en sus ojos.
Con la mandíbula apretada, se acercó a Javier y sus rostros quedaron a escasos centímetros.
—¡Maldit0 infeliz! ¡Retira tus palabras! —exigió Andrew, con un gruñido grave en la voz—. No permitiré que ofendas a mi mujer. Así que retracte de lo c