STEVEN
Estoy desayunando en el salón de la suite cuando se me une Alan.
—Buenos días, jefe, ¿cuál es el programa del día? —me da una palmadita en el hombro y se sienta a mi lado.
Llena el plato de huevos y bacón y se sirve un zumo de naranja.
—Todas estas calorías a primera hora de la mañana, ¡son veneno para las arterias coronarias! —Debe darse cuenta de que ya no estamos en la veintena con el metabolismo funcionando a mil.
—Piensa en tus coronarias, estás estresado y el estrés es peor que las calorías —responde con la boca llena.
—Tenemos que revisar los costes Alan, son demasiado elevados y corremos el riesgo de salirnos del presupuesto. —Mi madre hace un mes se negó a vender la propiedad y seguimos adelante con el proyecto del resort y ahora tengo que darle las gracias porque con la excusa de seguir la obra, tendré la oportunidad de venir a Italia más a menudo y seguir de cerca el embarazo de Olivia, solo que ella aún no lo sabe.
—Buenos días, querido. —Angela se coloca detrás de