Días después.
Isabel, no comprendía las palabras de Valeria, todo era confuso para ella, miraba a Guillermo tratando de encontrar una respuesta que le confirmara o desmintiera lo que Valeria acababa de decir, pero Guillermo estaba callado, jamás se imaginó que las cosas terminarían así:
—¿Qué rayos estás diciendo? ¿De dónde sacas que eres la madre biológica de mi hija? ¿Te has vuelto loca? —replicó Isabel, furiosa, mientras Guillermo observaba atónito a Valeria, quien parecía decidida a revelar la verdad.
—Es cierto, Isabel —respondió Valeria con calma—. Sé que puede sonar extraño y entiendo tu confusión, pero esa es la verdad: soy la madre biológica de Laura porque tú usaste mis óvulos.
La expresión de Isabel se tornó de incredulidad a shock, como si el mundo se desmoronara a su alrededor.
—¿Cómo es eso posible? ¡Eso tiene que ser mentira! —exclamó, volviéndose hacia Guillermo—. ¡Dime que lo que dice esta mujer es falso! ¡Habla!
Guillermo tragó grueso y bajó la mirada, sintiéndose atrapado entre