Capítulo 80. No quiero traicionarlo
Ximena entró en la oficina en la que Félix había sido golpeado hace un par de horas y se encontró con un horrible desorden.
Las sillas estaban en el suelo y el escritorio estaba desarreglado. Eso era bastante extraño conociendo a Félix. Ella sabía que Félix era un obsesionado con la perfección.
Pero lo más preocupante fue ver una cantidad considerable de sangre sobre el suelo. Definitivamente algo había pasado.
Salió de esa oficina decidida a encontrarlo. Levantó su mirada y se encontró con una empresa en caos, con todos sus empleados caminando de aquí para allá como locos.
—¿Alguien ha visto a Félix?—, preguntó a un par de ejecutivos que estaban en una reunión improvisada.
Pero ellos solo negaron con la cabeza y siguieron hablando como si nada.
Ximena siguió buscando por todas partes. Entró en la antigua oficina de Fernando y luego en la que alguna vez le perteneció a Facundo. Pero no lo podía encontrar.
—Si buscas a Félix, está todavía en la enfermería—, dijo alguien desde la