Capítulo 120. La nueva jefa.
—¿A quién diablos le gritas? ¿Perdiste la cordura?—, preguntó Félix apareciendo detrás de Ximena.
—Es que yo...
Ximena veía en dirección a la multitud sin saber qué decir. No podía asegurar lo que acababa de ver.
—Nada. Sólo creí ver a alguien conocido—, dijo cabizbaja y sumisa.
—¿Conocido?—, Félix dejó escapar una carcajada burlona—, ¡Tú no tienes amigos! ¡Nadie quiere ser amigo de alguien como tú!
—Si... tienes razón.
Félix aclaró su garganta.
—Vuelve a la fiesta. Es hora de cortar el pastel y te necesito para las fotografías de la prensa.
—Si. De inmediato.
Ximena volvió con Félix, pero no dejaba de ver hacia esa dirección. Ella sentía una extraña sensación en su pecho. No se quería aferrar a una ilusión vacía.
Esa misma noche en la mansión Lancer, después del cumpleaños.
—Hoy fue un día pesado—, dijo Félix mientras se quitaba la corbata dentro de su despacho privado.
En ese lugar estaban Ximena y también los dos escoltas de más confianza para Félix, Urdaneta y Ramiro.