Sawyer no podía creerse lo que estaba escuchando. Ese no era para nada su plan, no era para nada en lo que había pensado hacer.
No podía apartarlo también, ella no. No iba a permitirlo, ya sabía lo que se sentía perderse cada vivencia con un hijo. No iba a permitir que la historia se repitiera por una maldita regla del hospital.
Lucy era lo que él quería para su vida, el bebé que venía en camino era lo que él quería para su vida, no iba a dejar que todo se le escurriera de entre las manos como si nada.
—Te equivocas, Lucy. Si establecemos reglas, podemos hacer que funcione —le dice él lo más rápido que puede, necesita hacerla cambiar de opinión.
Cuando ella alzó la cabeza para mirarlo, todo lo que encontró fue la más abrumadora desesperación que jamás había visto en su vida, eso y miedo.
No lo podía creer, Sawyer Campbell tenía miedo. En ese momento, ella se dio cuenta de lo mucho que el bebé significaba para él. No podía hacerle algo tan cruel como eso.
Tenía al hombre perfecto justo