Marco estaba molesto, mas que eso, su mente lo único que le hacía ver era que, hasta un niñato medio estúpido, se daba cuenta que él nunca llenaría los zapatos de sus padres, ¿de que valía desposar a Nammi? Si por mas que compartieran mujer nadie los respetaría, y sin querer pensar más, solo aspiro la línea blanca que estaba sobre la mesa de cristal, de la casa que le había rentado Dulce, oh, si, la dulce princesa llevaba años viviendo en Francia, tenía contactos no solo en Paris, con su vida color de rosas, con su perfecto harem de hombres uno mas letal que el otro, ella si merecía el titulo de reina de la mafia, pero en cambio, la muy estúpida solo queria ser… ama de casa, esa idea le revolvió el estomago a Marco, nunca comprendió la debilidad que su madre tenia por su hermana mayor, ella ni siquiera era hija de los De Luca, ¡por dios! Dulce solo fue el resultado de un bastardo que engaño de muy joven a su madre, y sin embargo… la muy bastarda podía tener todo, incluso la lealtad de
Nammi era solo una joven, un ser humano ordinario, se podria decir, pero nadie podía negar que era decidida.Acaricio su vientre luego de recibir la dirección por parte de Dulce, sin preguntas, ni detalles, porque la princesa De Luca sabía muy bien que su madre siempre confió en la castaña, por lo que ella confiaría ciegamente en Nammi, quizás Dulce había comprendido antes que los gemelos, que la dama de la reina, nunca sería una corona, pero no hay mejor lección que la que se aprende por las malas, y Dulce sabía que sus padres ya no estaban para golpear a ese par y para ser honestos, ella tenia de sobra con sus tres hijos, y que decir de sus tres esposos, que debes en cuando, no coordinaban muy bien lo que hacían y decían, y es que eran tan distintos, uno demasiado silencioso, otro por demás charlatán, uno tan mayor como para ser el padre de los demás casi, el otro tan joven como Dulce, si, la vida de Dulce De Luca, no siempre era color rosa, pero de es se trataba la vida ¿verdad?—
Marco veía esos iris color miel, y en verdad, era como si pudiera sentir la dulzura en su boca, la calidez y la suavidad recorrer sus labios, y de pronto comprendió que lo que sentía eran los labios de León, y sin detenerse a reparar en nada, lo tomo con fuerza de la cadera, apretando la piel de aquel lugar con sus dedos, hasta casi enterrarlos, y León se quejó, alejó su rostro, pero entonces, Marco fue sobre él, mostrándole al pelirrojo lo que era un verdadero beso, disfrutando de como los ojos de León se abrían con sorpresa al sentir su lengua jugar con la de él, y el sonrojo tomaba sus mejillas, haciendo suspirar a Marco.— … — Marco se alejó cuando sintió que León se desmallaría por falta de aire, porque él también estaba mareado, su boca se abrió para respirar con fuerza, mientras León solo lo veía, con asombro.— Eso no se parece a un beso de amigos. — musito el pelirrojo tocando sus labios.— Eso no fue un beso de amigos, ahora quédate quieto, debo curar tu espalda.Raro, así s
Apenas las puertas del ascensor se abrieron, Greco estaba allí, esperando por ella, y mientras Nammi lo abrazaba, como quien abraza a un buen amigo, Greco la sostenía, como quien se aferra a un chaleco salvavidas en plena tormenta marina.— Nammi. — susurro mientras la arrastraba dentro de la suite, como si fuese un pirata, tratando de ocultar un gran tesoro, eso no se parecía a un rey, mucho menos a un príncipe.— Greco espera. — dijo la castaña al tropezar con sus propios pies.— No tenemos tiempo que perder, llamare a Marco para que prepare el avión, nos iremos lo antes posible, los Bach estan en nuestra contra, pase semanas tratando de dar contigo, maldición, juro que casi muero cuando mis hombres me informaron que te habían asesinado en ese departamento, pero por suerte Horus dijo que no eras tu, y me aferre a ello, no te preocupes, mate al bastardo que mato a tu amiga, y me asegure que su familia recibiera una compensación. — Greco estaba tan eufórico, que casi no la veía, solo
Nammi subió al ascensor, con Luc de la mano, quien solo podía verla, casi sin pestañar, su corazón se agitaba en un océano de emociones, ¿Nammi lo había perdonado? ¿ella había recuperado la memoria? ¿ella queria permanecer a su lado? Quizás la mas importante de todas era si Nammi lo amaba.Mientras que los señores Zabet le daban miradas furtivas a Amir, quien veía con recelo a Nammi.— Amir, ver de esa forma a las personas no es educado. — lo regaño en voz baja Candy, y su bisnieto bufo.— ¿Te preguntas si es verdad lo que le dije a Greco? — indago la castaña viéndolo a los ojos, y Candy apretó la mano de su esposo, por el brillo que los ojos de Nammi reflejaban, era ver a Melody, definitivamente.— Sé que no lo es… — respondió con altanería Amir Rossi y Nammi le mostro media sonrisa cargada de petulancia.— Diablo. — lo llamo con un susurro y Candy la vio maravillada. — Nunca olvides que conozco el infierno mejor que tú.— Solo estas fanfarroneando. — se quejó el llamado diablo, cuan
El amor es algo raro, había dicho un día Ezzio, el amor es la droga mas poderosa y peligrosa, informaron una tarde Leonzio y Lupo, el amor puede sacar lo más aterrador de tu ser, si quien amas esta en peligro, aporto Salvatore, el amor te hace actuar distinto, ser un caballero o un animal, depende lo que necesite quien tu amas, afirmo Ángelo, el amor… es algo solo para valientes, sentencio Rocco. Y solo ahora Marco sabía que sus padres tenían razón, el amor era raro, así se sentía cada vez que soñaba con León, el amor es la droga mas poderosa y peligrosa, y claro que Marco lo sabia si su verga se alzaba cual mástil solo por recordar como León temblaba entre sus manos, y eso que solo lo estaba acariciando, el amor es peligroso, y en eso también tenían razón, porque aun luego de cinco meses, Marco no podía sacarse de la cabeza a León y su desesperación lo había llevado a volar a Paris una vez más, aunque ahora, solo, y con el juramento de Nammi sobre su cabeza.— Te matare Marco, juro q
Luc tomo en brazos a su hija, sus ojos eran tan negros como su cabello, y su piel tan blanca como la porcelana, la inocencia que se reflejaba en aquel rostro, lo aturdió.— Es… perfecta, como tú. — susurro con tal de no despertar a la pequeña, mientras Nammi estaba agotada, sus ojos poco a poco se cerraban, aguantando lo suficiente, como para que le dieran un baño relajante y refrescante.— Tengo sueño. — reconoció la castaña, viendo como Luc dejaba a la pequeña Paris en el cunero.— Descansa amor, yo cuidare de ambas. — aseguró llegando a su lado y dejando un suave beso en la coronilla de Nammi.— Tengo miedo. — susurro la joven más dormida que despierta. — Tengo miedo de no ser una buena madre. — Luc la comprendía, era tan difícil escapar de una niñez traumática.— No se puede cambiar el pasado, si fuese el caso… te perseguiría cada día, hasta que tus ojos se dignaran a verme, y tu corazón me amara, y luego de algun tiempo, cuando creas que mi amor por ti es verdadero, nos casaríamo
Nammi estaba concentrada en su trabajo, ser una enfermera no era fácil y Dios lo sabía, pudiera ser que no ostentara un gran título como los doctores que la rodeaban, quienes muchas veces la felicitaban por su trabajo, pero ella hacia el trabajo sucio, el tedioso, pero además, era quien brindaba esa primera sonrisa, esa palabra de aliento y quien llevaba tranquilidad, todo se trataba de la empatía, desde el niño más pequeño, al adulto mayor, ella no hacia distinción, no importaba si era tomar la temperatura, colocar una inyección, dar una píldora, sostener la mano de los pacientes al vomitar, no importaba que, ella estaba siempre dispuesta a estar allí, era su segunda pasión, y ¿Cuál era la primera? Ser diseñadora de modas, desde pequeña soñó con ello.— ¿Has pensado en lo que te dije? — la joven giro a ver a la morena y su peinado afro.— No lo sé Mirra, se dice muchas cosas de ese club, más de Valentina Constantini y su harem de hombres. — respondió botando las gasas con sangre que