La desesperación aumentaba con el correr de las horas, mientras Amir Rossi torturaba a Antonny, quien aseguraba que nada tenia que ver con el secuestro de León, pues él solo queria a Nammi, sin embargo, dio la ubicación del lugar donde le había dicho a sus hombres que llevaran a la castaña una vez que se la arrebataran a Luc.
En la mansión, Luc no sabía que hacer, la desesperación en su mirada lo dejaba todo en claro, lo único que evitaba que fuera a la policía era saber que Amir estaba consiguiendo por las buenas o las malas la información de la boca de Antonny.
—Toma un poco de café. — dijo Nammi, que estaba un poco ojerosa y tocaba su nuca tratando de aliviar el dolor.
— Le romperé la cara al idiota por golpearte. — murmuro nuevamente enfadado Luc y Nammi le regalo una pequeña sonrisa mientras acariciaba su brazo.
— Creo que fue lo mejor que Amir pudo hacer, si no, seriamos dos los desaparecidos, creo que … no pensé en el bebé en ese momento. — reconoció con pesar y Luc la abrazo.